La enfermedad de las venas es una afección progresiva que afecta 1 de cada 3 adultos en algún momento de su vida. Independientemente del estado general de salud de una persona, la predisposición genética y el estilo de vida pueden afectar a la aparición y progresión de la insuficiencia venosa crónica, que incluye venas varicosas y otros molestos síntomas. Aunque la prevención absoluta no es científicamente posible -debido a factores como las enfermedades autoinmunes, el sexo/género, el embarazo y la edad, que están totalmente fuera de nuestro control-, sin duda hay factores controlables que pueden acelerar o empeorar la enfermedad venosa. Siga leyendo para saber qué hacer y qué no hacer.
Factores de riesgo inevitables
Hay muchos factores que pueden contribuir a que una persona desarrolle una enfermedad venosa. Algunos factores de riesgo comunes incluyen, pero no se limitan a:
- Sexo/género: Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar enfermedades venosas.
- Edad: Las personas mayores de 45 años, y especialmente las mayores de 60, experimentan síntomas de enfermedad venosa en mayor escala que las personas de 30 años - aunque no es imposible experimentar enfermedad venosa antes de los 45 años.
- Genética y enfermedades hereditarias: Si los miembros de su familia tienen signos o síntomas de enfermedad venosa, usted tiene muchas más probabilidades de desarrollar venas varicosas. Además, ciertas condiciones lo predisponen genéticamente a sufrir enfermedades venosas, como la diabetes y la enfermedad celíaca. Estas condiciones pueden afectar su circulación y aumentar sus posibilidades de desarrollar venas varicosas.
- Embarazo: Un mayor volumen de sangre en el cuerpo, junto con la presión adicional de la gravedad en las piernas inferiores debido al crecimiento del vientre, ejerce tensión sobre las venas y puede provocar la aparición de venas varicosas durante el embarazo y el posparto.
Lo que podemos evitar
Además de esos elementos que están fuera de nuestro control, muchas decisiones de estilo de vida pueden empeorar la enfermedad de las venas y aumentar el riesgo de desarrollar venas varicosas. Algunos factores de riesgo manejables y opciones de estilo de vida que podemos ajustar incluyen:
- Fumar: La a práctica de fumar provoca vasoconstricción, o un estrechamiento de las venas. Cuando las venas se estrechan, es difícil que la sangre circule sin inhibiciones. Las venas abultadas y las válvulas venosas rotas o con fugas (que controlan el recorrido unidireccional de la sangre) pueden ser el resultado de venas constreñidas
Solución: Limitar el consumo de tabaco, o dejarlo por completo (que es más fácil decirlo que hacerlo, lo sabemos), reducirá la constricción en las venas y permitirá que la sangre fluya normalmente a través de las venas sanas.
- Exceso de cafeína: Antes de que alguien diga algo, no le estamos pidiendo que renuncie a su taza diaria de café. El exceso de cafeína (estamos hablando de más de 3 tazas al día) actúa como otro vasoconstrictor, que inhibe la facilidad del flujo sanguíneo.
Solución: Consuma cafeína con moderación, manteniendo su ingesta diaria por debajo de los 400 miligramos. Además, beba mucha agua para mantenerse hidratado, lo que puede ayudar a compensar la ingesta de cafeína y mantener el flujo sanguíneo fuerte.
- Consumo frecuente de alcohol: A diferencia de la cafeína y el tabaco, el alcohol es un vasodilatador, lo contrario de un vasoconstrictor. La vasodilatación dilata anormalmente las venas y permite que fluya más sangre. Si consume alcohol a diario, o consume grandes cantidades de alcohol con regularidad, esto puede ser demasiado para que sus venas lo soporten. Esto puede provocar el mal funcionamiento de las válvulas y la acumulación de sangre en las venas.
Solución: Si bebe regularmente, optar por refrescos o cócteles sin alcohol con más frecuencia puede ayudar a reducir su apetito por bebidas alcohólicas vasodilatadoras.
- Estrés: Estamos seguros de que ha escuchado "reduzca sus niveles de estrés" al menos una vez durante una consulta médica. En un mundo tan acelerado como ruidoso, puede parecer inalcanzable encontrar la calma en el día a día. Sin embargo, es importante intentar reducir el estrés en la medida de lo posible; los niveles elevados de estrés afectan a todo el cuerpo, desde el cerebro hasta las venas, y pueden provocar vasoconstricción venosa.
Solución: Encontrar tiempo para practicar la atención plena (mindfulness), disminuir las noches de trabajo tardías o, incluso, tomarse momentos para respirar y practicar yoga con mayor regularidad puede contribuir a reducir los niveles críticos de estrés.
- Vuelos frecuentes: Pasar largos periodos de tiempo sentado en el cielo (además de los cambios de presión dentro de las cabinas de los aviones) reduce el flujo sanguíneo. La falta de movimiento durante largos periodos de tiempo, de lo que hablaremos en el siguiente punto, puede ejercer una presión excesiva sobre las venas.
Solución: Cuando viaje en avión, use medias de compresión de grado médico y asegúrese de estirarse o caminar por los pasillos de vez en cuando ¡para que su sangre vuelva a bombear!
- Estar mucho tiempo sentado o de pie: Como muchos de nuestros trabajos requieren estar sentados en cubículos/oficinas o de pie detrás de cajas registradoras, puede ser difícil encontrar tiempo para estirar o descansar las piernas. Este esfuerzo, unido a la fuerza de la gravedad, puede perjudicar la estabilidad de sus venas.
Solución: ¡Medias de compresión! Estas prendas ejercen una ligera presión sobre las piernas, similar a la del movimiento muscular, lo que ayuda a que la sangre fluya sin problemas por las venas sanas hacia el corazón. Recomendamos las medias por encima de la rodilla, que pueden llevarse debajo de los pantalones o solas. Elevar las piernas después del trabajo también puede aliviar parte de la tensión de un largo día sentado o de pie. ¡Levante los pies!
¿Cómo podemos ayudar?
Aunque evitar la enfermedad venosa simplemente es poco probable que ocurra para las personas con predisposiciones genéticas, las buenas elecciones de estilo de vida pueden ayudar a evitar los síntomas y mantenerlos más leves durante más tiempo, retrasando el empeoramiento de las venas varicosas. Una buena salud venosa, como mantenerse hidratado, hacer ejercicio ligero o de bajo impacto, consumir alimentos ricos en hierro, entre otras cosas, hará que la sangre fluya con fuerza. Elevar los pies durante largos períodos de tiempo sentado, o hacer una pausa para estirarse durante el tiempo libre, también puede beneficiar la salud de sus venas.
Estas opciones pueden mejorar la salud de sus venas y disminuir la gravedad de sus síntomas, pero la mejor manera de actuar cuando o si nota síntomas persistentes de enfermedad venosa - como varices visibles, hinchazón, piernas inquietas (especialmente si están afectando su capacidad para dormir por la noche), dolor, picazón, etc. - es buscar proactivamente tratamiento de las venas. La enfermedad venosa es progresiva, lo que significa que empeorará con el tiempo si no se trata. La enfermedad venosa no desaparece por sí sola y, si no se trata, puede provocar síntomas más graves, como úlceras venosas y heridas en las piernas. La buena noticia es que la enfermedad venosa es fácilmente tratable (y los resultados son permanentes) con los modernos avances en el tratamiento de las venas.
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Información confiable de los médicos especialistas en venas, certificados y acreditados a nivel nacional, de Metro Vein Centers.
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